Uno de los directores que creo debe tener la mayor cantidad de placeres culposos en mi colección de películas (o al menos uno de los que más) es Roland Emmerich, con cintas de premisas exageradas y llenas de explosiones (aunque nada que llegue a dar pena de la fea como con Michael Bay) pero siempre todas ellas, con un extraño atractivo que nos hace amarlas (y por qué no, tener algunas en nuestro top de películas).
Día de la Independencia: Contraataque no se aleja de su sello, llena de acción exagerada, momentos melosos gratuitos y mucho humor (tanto intencional como involuntario) pero que se transformara en una de esas películas que veremos con gusto cuando la pasen por televisión o encontremos el DVD (Blu-Ray) en nuestra colección, pues lo más importante, es que la cinta está hecha con gusto y cuidando mantener la línea de la historia, eso sí, veinte años después y con mucho más presupuesto y tecnología.
El expresidente Whitmore (Bill Pullman) ya no es el hombre que solía, aquel que diera tan motivante discurso antes de destruir por primera vez a las fuerzas invasoras… ahora se despierta entre pesadillas y visiones que le dicen que los aliens regresaran, más fuertes y mucho más peligrosos, y esta vez, la humanidad no estará lista para enfrentarlos, sin importar que, desde la invasión, toda su tecnología ha sido incorporada al mundo actual.
Aun con la ausencia de Will Smith en la cinta, el cast crece, y aunque muchos de ellos tienen poco tiempo en pantalla, los personajes principales mantienen el carisma de la primera entrega, siendo de inicio, quien se roba la película, Jeff Goldblum en su papel de David Levinson carga por mucho con el peso de la cinta, bien apoyado por Judd Hirsch quien regresa a interpretar a su padre (y que sigue queriendo vivir de la gloria de haber sido quien descubrió como salvar a la humanidad), y cociéndose aparte, Brent Spiner, quien regresa como el doctor Okun, haciendo valer por mucho su personaje (y ya entenderán por que su personaje está de vuelta).
Liam Hemsworth interpreta al personaje rudo y galán que muere por una oportunidad para demostrar su valía a sí mismo y ganarse un lugar importante en su grupo, después de haber cometido un muy serio error en la academia (y no le cuesta trabajo el papel), en un estilo muy “Top-Gun” con las famosas batallas aéreas, y siendo su principal “oponente” Dylan Dubrow-Hiller (Jessie T. Usher) quien interpreta a un condecorado piloto que además es hijo del fallecido Steven Hiller (Will Smith) y con quien terminara siendo la dupla heroica de la cinta.
A fin de cuentas, todo se centrará una vez más sobre la gigantesca nave nodriza que se encarga de la destrucción de la humanidad, la cual ahora es inmensamente mayor que la original y más destructiva, regalándonos uno de esos grandes momentos en el cine de destrucción que tanto disfrutamos gracias a sus increíbles efectos especiales.
Contraataque es una cinta diseña simplemente como blockbuster, con sus momentos de acción apabullante, dos o tres chistes para aligerar ambientes y ganas de atraernos a la sala con el mero recuerdo de haber visto la original hace ya veinte años.
Suficiente para pasar un momento agradable y disfrutar de una cinta de acción.