Julieta y su hija Antía viven un sufrimiento continuo y silencioso por la muerte de Xoan, padre de Antía y marido de Julieta. Cualquiera esperaría que una tragedia como la de la pérdida de un ser querido las uniría, pero en este caso, a lo largo de los años, va haciendo exactamente lo contrario, pero Julieta nunca se da cuenta al estar tan hundida en la depresión, y es así como Antía decide abandonarla y no volver a verla más y sin siquiera una explicación, lo que desencadena que Julieta la busque por todos lados sin éxito alguno, envolviéndola en una incertidumbre que la obligara a dar un giro completo a su vida, obligándose a borrar a su hija completamente de su vida.
Almodóvar lleva ya un tiempo queriendo convencerse a sí mismo de ser un “nuevo él”, y se ha montado en una racha de filmes yermos con tintes de desolación y abandono, alejados de todo tipo de comedia como a la que nos tuvo bien acostumbrados durante los ochenta (y en un último intento como fueron “Los Amantes Pasajeros” hace un par de años) con personajes hundidos en sus propias desgracias, haciendo un análisis minucioso de cada una de las heridas que los convierten en las personas que son, también haciendo ya su costumbre, que el protagonismo recaiga siempre en una mujer, que si bien, parte de su dolor proviene (en parte) de un hombre, la mayoría del mismo, viene de ellas mismas.
Muy a mi parecer, este “nuevo” Pedro, no ha dejado de ser, pero ha decidido revolcar sus ideas en drama, un drama muy comercial, con el que parece querer alejarse (sin mucho éxito) de sus últimos fallos, pues el histrionismo parco y lleno de clichés está muy presente en sus obras, una sobrecarga de complejidad innecesaria y de un deseo demasiado desesperado por querer demostrar que es un innovador en la dirección (cosa en la que ha fallado terriblemente).
¿Es tanta la desesperación de Almodóvar de volver a la senda de los premios que debe de sobrecargar el subtexto de sus historias al punto de deshumanizar a sus personajes y “sobre intelectualizar” las situaciones que viven sus personajes? ¿No es más cortes para el espectador permitirle poco a poco comprender el drama que esta por presenciar, y no empujárselo en la cara mientras le grita “¡miraaaa, miraaaaa, es un dramononononon!! ¡Aquí todos sufreeeeeeen!!”?
La cinta, la cual viene de unir tres historias cortas, decepciona y termina convirtiendo todo en un trauma infantil magnificado, visto una y mil veces en el cine, con una resolución que opta por la salida fácil que hará que el espectador extrañe las viejas películas del manchego.