Después de haber expuesto todos los fraudes del millonario Arthur Tressler, los Cuatro Jinetes se encuentran un poco perdidos en cuanto al rumbo que deben tomar sus vidas, mientras intentan entender un poco más al “Ojo” y Dylan Rhodes (los tiene un poco en la oscuridad en cuanto a lo que les depara el futuro. Cuando finalmente le llega la oportunidad de exponer a otro fraude, un plan de venganza cae sobre ellos, el cual, los llevara a elaborar un nuevo y complicado plan para salir del problema y de paso, llevar ante la justicia a quien se lo merece.
Los Ilusionistas 2 es una de esas películas específicamente diseñadas para intentar superar a su antecesora (llamémoslo “secuelitis”) por lo cual, obviamente, debe ser más vistosa, brillante, escandalosa y complicada que la primera, por lo que cualquier problema que los protagonistas tengan que superar, se convierte en un espectáculo sobre-producido e innecesariamente rebuscado, por momentos, hasta ridículo (esperen a ver la exagerada secuencia del chip y la carta para que entiendan mi punto).
Lo interesante que tenía la primera parte, era el uso que le daba a la magia, mezclada con la tecnología, para solucionar problemas de una manera “coherente”, o al menos, algo más lógica, que lamentablemente en esta ocasión, se ha vuelto mucho más caricaturesco y surreal, lejos de las aspiraciones que tenía la cinta original, habiendo convertido a sus protagonistas en clichés de películas de persecución/magia, y cuyas acciones terminan más por marear al espectador que por impresionarlo.
El guion termina por saturar con el abuso de recursos y trucos, intentando confundir con giros de trama a cada segundo, pecando de inverosímil y conflictiva, diluyendo la importancia que tuvo la cinta original, un muy exagerado intento, como ya dijimos, de superar la magia que tuvo la entrega original.
Como parte del intentar llamar más la atención (y vamos, algo que toda secuela no puede evitar), son los nuevos rostros en pantalla, donde podemos ver a Daniel Radcliffe como el nuevo villano de la cinta, a quien me cuesta mucho trabajar creérselo (lo siento, tiene cara de niño bueno), Lizzy Caplan, que si bien a nadie le molesta verla, es un notorio “necesitamos otra chica en el grupo para que no nos acusen de misoginos e Isla Fisher ya no quiere salir” como la nueva Jinete, Jay Chou, quien por tanta foto parecía tener un papel mucho más importante, y Woody Harrelson (si, sabemos que estuvo en la primera) como Chase McKinney, el malvado hermano de Merritt… (¿Pueden decir “cliché”?)
Sin embargo, ni me engaño ni lo haré con ustedes, esta es una de esas películas que todo mundo ira a ver, no solo por el recuerdo de la primera, sino por la muy inteligente adición de Daniel Radcliffe al cast.
Tenían todo para crear una gran secuela, y terminaron con un producto bastante medianito.