En 2013 llegaba una película que traía una idea que, por muy rara, no se veía del todo descabellada… Despues de muchos problemas sociales y económicos, el gobierno de Estados Unidos implementaba una noche al año al que llamaba “La Purga”. 12 terribles horas donde todo dejaba de ser ilegal, incluido el asesinato, para que así la gente “sacara sus frustraciones” y poder tenerlos a raya el resto del año, que en verdad es una estrategia para disminuir el número de personas de escasos recursos.
Obviamente llegaría el momento cuando la gente comenzara a ponerse en contra de tan mortal noche, así como algunos políticos que tampoco estarían a favor de la matanza descarriada, siendo así la premisa de “12 Horas Para Sobrevivir: El Año de la Elección”, cuando la senadora Charlie Roan, sobreviviente de la Purga, tiene como principal promesa de campaña, terminar con esa práctica… obviamente, aquellos en el poder no estarán muy de acuerdo y harán todo lo posible por quitarla del camino.
James DeMonaco se encarga de la dirección de esta tercera entrega de la muy bien lograda saga, ahora involucrando el tema político y dejando un poco de lado (solo poquito) la violencia sin mesura, pero no por eso fallando en ningún momento, pues sigue tan perturbadora e hipnotizante como siempre.
El más grande acierto que tiene la cinta es el de estrenarse precisamente en año electoral, cuando uno de los candidatos se compara muy fácilmente con cualquiera de los políticos de la cinta, creando así una muy fuerte alegoría social, señalando , si de manera un poco exagerada, los problemas del capitalismo estadounidense, lo cual la hace aterradora por partida doble.
Los planos en los que ahora se maneja esta cinta, como ya platicábamos, el recién incluido “político”, donde se lucha en contra de este sistema desde dentro, y el lado social, donde encontramos distintos tipos de ideas con las personas, pues vamos desde los locales que están de acuerdo con La Purga, los rebeldes y mercenarios que hacen todo dentro de su poder para evitar que la matanza continúe (normalmente combatiendo fuego con fuego) y ahora agregando a los “turistas asesinos”, jóvenes que aprovechan esa noche para viajar desde otros países y darse el permiso de matar indiscriminadamente. Una vez más la eterna lucha de “pobres vs. Ricos”.
La saga continua con el mismo nivel de tensión con el que siempre se ha manejado, con el mismo terror, violencia y pequeños toques de humor que ayuda a de pronto disminuir la tensión y con personajes muy interesantes, que, si bien no son lo más profundo, cumplen con su cometido, y para todos aquellos que hayan disfrutado las dos primeras, no solo los dejara satisfechos, sino con ganas de una cuarta parta (la cual queda abierta).