A últimas fechas, las películas infantiles encierran, de una manera muy sutil, siempre un contenido que se dirige a los adultos y así evitar que mueran de aburrimiento mientras llevan a sus hijos al cine, quitándoles así toda inocencia. En esta ocasión, Paramount y Nickelodeon se unieron y crearon una cinta sobre autos, velocidad y monstruos, exclusivamente para un público infantil, sin una onza de entretenimiento para los padres.
Cabe decir que, meses antes del estreno, Paramount ya preveía esta cinta como un rotundo fracaso.
Tripp es un adolescente que vive en un pueblo poco divertido, añorando a su padre y deseando tener un coche para poder impresionar a las chicas. Su trabajo en el deshuesadero local le permite arreglar una, pero al paso que lo logra, tal vez no termine de construirla nunca.
El pueblo es técnicamente gobernado por una empresa petrolera, la cual, durante una de sus excavaciones, descubre un manto acuífero, donde viven extrañas criaturas, de las cuales, tres salen volando a la superficie. Dos de ellas son capturadas por la empresa, y la otra, logra escapar y toparse con nuestro protagonista, la cual tomara refugio y se convertirá en parte de su camioneta (si, funciona algo así como si fuera el motor…).
Si estuviéramos frente a una cinta de adultos, estaríamos probablemente hablando sobre la critica a las grandes corporaciones que destruyen el medio ambiente, pero como no lo estamos, no podemos decir que lo tenga, es más, ni siquiera una pequeña sugerencia a cuidar el medio ambiente o algo parecido. Simplemente se ahorraron el sermón y la hicieron para meramente entretener.
En ningún momento, alguno de los personajes se vuelve entrañable, ninguno tiene algo que te identifique, ni el carisma suficiente para hacernos desear que todo les salga de la mejor manera, cosa que funciona terriblemente mal con los “monstruos”, los cuales deberían ser al menos agradables a la vista, y no unas masas amorfas llenas de tentáculos que lo único q provocan es la sensación de que para nada te gustaría tenerlos cerca.
Así que ya lo saben, vayan a verla solamente si tienen que entretener al chamaco, porque de otra manera, pagaran una entrada para dormirse en la sala.