Luz de Luna es una cinta dirigida por Barry Jenkins que cuenta la historia de vida de un joven dividida en tres partes. En esencia es una película simple a pesar de tomar algunos riesgos en su presentación y temática, sin embargo, me tomó un poco de tiempo comprender exactamente qué es lo que resaltaba tanto de esta cinta después de tanto ruido alrededor de ella, ya que sería algo muy fácil desdeñarla como carnada de Oscars y decir que es una nominación para evitar otra polémica como el #OscarsSoWhite. Después de volver a verla me quedó claro que es precisamente su simpleza al momento de presentar su historia lo que la hace tan grandiosa, llamémosle un redescubrimiento de técnicas vistas en el cine indie de los últimos años, haciendo de esta cinta un retrato intimista del viaje de autodescubrimiento de un hombre, el cual es poético y atrapante y cuya historia es universal a pesar de lidiar con temas específicos como la homosexualidad y los conflictos de ser negro en Estados Unidos.
La cinta cuenta la historia de Chiron, dividida en tres episodios claves de su vida con tres actores diferentes, a quienes acompañamos en este viaje. En el primer capítulo se desarrolla durante la infancia de Chiron, viviendo con su madre adicta (interpretada por una fenomenal Naomi Harris) y como poco a poco comienza a descubrir su propia sexualidad. Es aquí cuando conoce a un vendedor de droga llamado Juan (Marhershala Ali) quien se convierte en su figura paterna.
Cuando se aborda su adolescencia es cuando realmente entendemos la sutileza de la cinta, ya que todos los personajes saben que Chiron es “obviamente homosexual” pero eso jamás es evidente para el público. Es un personaje difícil de abordar, pero Ashton Sanders lo hace muy bien y logra empatizar con el espectador a pesar de lo denso de este segundo capítulo. Finalmente en el tercer capítulo vemos a un Chiron adulto (Trevante Rhodes) logra completar este viaje aceptando lo que lleva toda su vida tratando de esconder, pero afortunadamente la escena final de la cinta en la que aparece logra encapsular el sentimiento que vimos durante todo el metraje. Es por eso que después de ver la cinta se queda con uno y realmente logran vender esa idea de la introspección y el viaje hacia el interior de uno mismo.
Como mencioné anteriormente, sería fácil clasificar a esta cinta como un esfuerzo por ser políticamente correcto y ser inclusivo al hablar de que es una gran cinta, pero es una de esas películas que a través de su aparente simpleza encapsula un sentimiento universal muy complejo que no requiere un gran espectáculo para lograrlo.
Texto y critica por Jorge Guevara