Hambre de Poder… en la guerra y en los negocios

“Hambre de Poder”, nos sitúa en Estados Unidos, al término de la Segunda Guerra Mundial y Ray Kroc (Michael Keaton) recorre el país vendiendo licuadoras para malteadas, negocio con el que no le va nada bien, un día escucha sobre un pequeño restaurante de hamburguesas al sur de California donde han encargado seis. Tan peculiar pedido lo embarca a conocer a los hermanos McDonald, Dick (Nick Offerman) y Mac (John Carroll Lynch) y su peculiar negocio que tiene una gran cantidad diaria de clientes, con un menú limitado a papas, refrescos, hamburguesas y malteadas, pero cuya especialidad es la rapidez, las ordenes tardan solamente 30 segundos.

La mente negociante de Ray comienza a trabajar y la idea de expandir el negocio con franquicias no deja su cabeza, y se ofrece a ser quien lo haga, ya que los hermanos nunca han sentido la necesidad de hacerlo, prefiriendo fijar su atención completa en su local, pero conforme pasa el tiempo, y los McDonald se sienten menos a gusto con el ritmo de expansión que comienzan a lograr, solo será cuestión de tiempo para que Ray se dé cuenta, que sus “socios”, realmente solo estorban.

El director John Lee Hancock logra su trifecta de cintas biográficas (The Blind Side, Saving Mr. Banks), es esta ocasión, contándonos la historia de cómo el famoso McD, logro pasar de ser un modesto pero efectivo restaurante a el monstro internacional que alimenta actualmente al 1% de la población mundial, y donde la mente maestra detrás de todo esto, Ray Kroc, es interpretado de manera fabulosa por Michael Keaton como un obstinado y perseverante hombre de negocios, que si bien pareciera es un tanto cruel y manipulador en la manera que tiene para hacerse de la propiedad del famoso restaurante, es más bien el reflejo de una persona cansada de ir en fracaso tras fracaso y que en esta ocasión, no va a permitir que nada ni nadie lo detenga.

The Founder (por su título en inglés), nos muestra de manera clara, el ideal que se tiene sobre el “sueño americano, donde si lo puedes imaginar, y estas dispuesto a pelear con todo para lograrlo, lo puedes tener.

Completando un buen cast, tenemos a B.J Novak, Laura Dern y Patrick Wilson en papeles muy bien logrados en una buena, si bien exagerada como suelen ser las adaptaciones, versión de los hechos ocurridos allá en 1954.

Una buena cinta, si bien un poco lenta en sus primeros minutos, pero que definitivamente merece ser vista, y que al final te hace decir… “Gracias Keaton, por volver”.

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