Mío o de Nadie… de a canción ochentera de Yuri

Julia está comprometida con David, un simpático y muy cariñoso hombre divorciado y padre de Lily, una encantadora niña a quien le toma pronto afecto, y con quien podrá dejar a tras los problemas de su pasado al menos eso cree, pues Tessa, exesposa de David, viene incluida en el paquete (vamos, alguien tiene que entregar a la niña y convivir con ellos en los festivales de la escuela) y los celos hacia la nueva mujer de su ex pareja pronto surgirán, llevándola de manera acelerada hacia la locura, lo cual como sabemos, no acabara naaaaada bien.

La película se vende a sí misma como un thriller erótico envuelta en una psicosis provocada por celos (que de erótica no tiene nada) en una mujer cuyos conocidos solían llamarla “Barbie Psicópata” (o sea… ¿los vecinos ya sabían que estaba loca, pero dejaron pasar todo?) y que siempre tiene algo que decir o en que entrometerse en la vida de la nueva feliz pareja (¿y en serio a nadie le parece raro?)

Los planes malévolos (si, así de bigote enrollado y risa de villano de caricatura) de personaje de Katherine Heigl en contra de Rosario Dawson son de realmente dar risa, pues resulta que no solo es una maestra para desbloquear un teléfono (que muy convenientemente le quedo a la mano para robarse, y que muy convenientemente encuentra la ventana del coche abajo para poder devolverlo… *siigh*) y resulta que la otra tiene tooooodos sus papeles importantes guardados en su teléfono, así como todos los datos que le permiten crear un perfil falso, obvio con “fotos eróticas” encontradas en el celular.

Cuando la cinta intenta ponerse seria y hablar sobre la violencia en la pareja y el abuso en las mismas, la cinta ya cayó en comedia involuntaria, aaaah, porque eso sí, se van a reír mucho con la película especialmente si la van a ver en compañía de su grupo de amigas (así es, me refiero exclusivamente a las mujeres, hombres, evítense ir a dormir al cine)

En verdad me sorprende que esta película, que bien podría estar basada en alguna de esas famosas canciones de los ochentas, donde la cantante, mujer abnegada y sumisa, haría todo por el cariño de su hombre, llegue a las salas de cine y no se vaya directo a la “Permanencia Voluntaria” de los domingos en el canal 5.

Aaah si… obvio no podía faltar, tiene “cat fight” incluida.

Mala con ganas.

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