Existen muchas interpretaciones del mito de Arthur Pendragon, mejor conocido como el Rey Arturo… lo hemos visto como el héroe de leyenda antigua, como una historia romántica de tiempos medievales, y en acercamientos más al estilo de mediados del siglo 20, acerca de su llegada al trono, su relación con su increíble espada Excalibur desde el momento que la saca de la piedra… para después llegar al pendenciero de clase baja de Londinium que depende exclusivamente de sus músculos y que se la pasa lloriqueando cada vez que alguien le recuerda su derecho real de convertirse en Rey y salvar al pueblo de la tiranía de su tío Vortigen (que extrañamente, en el material original, es su hijo). Sangrienta, cargada de batallas sobrecargadas que recuerdan un capítulo de Dragon Ball, me da miedo pensar que este es el tipo de cintas que el público actual necesita.
En verdad, después de verla, me pregunto cómo es que la misma Inglaterra permite que uno de sus mitos más representativos sea vulgarizado de esa manera, al convertirla en un producto obvio y escandaloso, cuando siempre ha sido considerada como algo importante dentro de su cultura.
Ritchie ha tenido varios aciertos y algunos descalabros dentro de su cinematografía, comenzando bien con Lock, Stock… seguida de Snatch, y con RockNRolla en su currículo, aunque también se atrevió a hacer Swept Away con su entonces esposa Madonna o Revolver, y sí, siempre ha intentado darle al público escenas rimbombantes llenas de diálogos inteligentes, generalmente con buenas ideas, pero en esta ocasión, demostró que la época medieval le queda bastante grande, al querer convertirla en una historia de matones nivel calle.
¿Dónde quedan los elementos clásicos y románticos que siempre rodearon a Arturo? ¿Ginebra? ¿Lancelot? Dios, ni siquiera pudieron usar a Merlin y lo cambiaron por “Maga Genérica #1” … Aaaah, ¡pero tenemos elefantes gigantes! Cambiemos las emociones y el sentir de los caballeros, quienes se supone dieron forma a Inglaterra y cambiémoslo por brutalidad sin sentido y una super armadura mística formada de maldad para Jude Law… cambiemos los ideales de gallardía de Bretaña y convirtámoslo en cimientos de lodo y sangre, y peor aún, hagamos que nuestro futuro rey se crie dentro de un burdel.
Alguien debió decirle a Ritchie que esto no es Game Of Thrones… el tono debe ser completamente distinto.