Todo, Todo… y no, no es canción de Daniela Romo

Llega una vez más, una película basada en una de esas novelas teens que escurren miel por donde se les vea, escrita por Nicola Yoon , “Everything, everything” acá con el nombre Todo, Todo.

La protagonista es Madeline (Amandla Stenberg), una chica de 18 años, la cual sufre de una rara enfermedad que le hace imposible estar fuera de su casa, misma que está diseñada bajo los más estrictos controles de limpieza y así evitar que cualquier germen que pudiera enfermarla la contamine… está de más decir que su existir es bastante solitario. Toda su vida da un giro cuando su nuevo vecino Olly (Nick Robinson) le cambie la forma de ver el mundo, la haga descubrir el amor, y la llene de ganas de conocer el mundo.

La premisa de la película es muy básica, ingenua y predecible, pero un gran acierto que tuvieron fue en el cast de la pareja y la manera de presentarlos, desde la manera en que actúan, hasta los colores que cada uno utiliza, especialmente en la ropa) y basta decir, que separados, lucen bastante regulares, pero una vez juntos, dan una idea de una pareja hecha el uno para el otro, lo cual nos brinda una buena idea de lo que son cuando están juntos, propósito bien logrado.

 

 

Un cliché de lo que siempre son estas películas, con el típico primer e inolvidable amor, solo que ahora con el inconveniente de la reclusión, que obviamente, no será obstáculo para sus sentimientos y toda esa sarta de melcochas que vienen incluidas en estas cintas.

¿Punto a favor? La fotografía y las locaciones de playa son fabulosas, pero, tener solo eso en contra de un guion monótono y burdo, poco puede hacer para satisfacer al espectador.

Y a pesar de “Todo, Todo” lo negativo, estoy seguro de que las salas se llenarán de niñas fan del libro entusiasmadas por verla.

 

 

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