Existen tres maneras de acercarse a la película de “IT” que se estrena el próximo 14 de septiembre, las cuales pueden ser: a través del monstruoso (pero fabuloso) libro (1986), la famosa miniserie de los noventas, o completamente virgen… pero hay algo en lo que las tres maneras coinciden; Pennywise el Payaso, siempre será un referente en la memoria colectiva cuando pensamos en las cosas que nos asustaban cuando éramos niños (todo gracias a la fabulosa interpretación de Tim Curry en una adaptación para TV que, como un todo, era bastante floja), pero la verdadera naturaleza de esta imparable fuerza maligna, es el horror en si, de una manera universal (literalmente hablando), que logra ser superado por un grupo de niños apodados “El Club de los Perdedores”, quienes son alienados por la sociedad en general por sus diferentes condiciones. Un tartamudo, una niña, un asmático/hipocondriaco, un negro, un gordito, un judío y el “simpático” de la clase, son el centro de esta historia, niños que no solamente son atemorizados por esta maligna entidad, sino también por sus padres o sus compañeros de escuela (el famoso y temible Henry Bowers y su pandilla), lo que los obliga a buscar valor entre ellos mismos… y vaya que van a necesitarlo.
Como fan de hueso colorado de la novela, mi emoción por ver esta película llevaba ya varios años moviéndose entre felicidad cuando anunciaban que comenzaba el proyecto y decepciones cuando lo detenían o avisaban de la salida del director, así que fueron varios años de incertidumbre, hasta que Andy Muschetti (quien sustituyó a Cary Fukunaga en la dirección) anunciaba que el quedaba en el proyecto, el cual sufrió varios cambios, pero en general se quedó con buena parte del guion de Fukunaga. Esta nueva adaptación (no, no es nueva película, la anterior es una miniserie) está mucho más conectada con el libro y permite acercarse más a la versión sangrienta original (si son fans del libro, las referencias a las tragedias de cada 27 años les encantarán).
Derry, poblado de Maine, es una ciudad muy distinta a todas las demás, pues parece estar hundida en una maldad permanente, los niños desaparecen a un ritmo increíble, la comunidad se ve azotada por tragedias enormes cada determinado tiempo y a nadie parece preocuparle. Padres abusivos, bullies en la escuela y un mal tan antiguo como el universo mismo, son el día a día de Bill, Beverly, Ben, Mike, Eddie, Richie y Stanley, los niños inmersos en esta pesadilla quienes en verdad nos hacen sentir la desolación y el miedo de la realidad que viven (especialmente Beverly con su padre abusivo), pero que en ningún momento dejan de ser niños, y quienes a pesar de poder estar llenos de miedo, pueden comportarse y tener reacciones que solo alguien de esa edad tendría, cada uno con su personalidad propia, lo que les permite tener un lugar propio dentro del grupo, cosa que nos identifica mucho con ellos y permite tener esa empatía que nos permite preocuparnos por ellos en todo momento y vivir junto a ellos, la pesadilla de ser perseguido por precisamente lo que sea que más temes.
Al terminar la película, lo primero que me golpeó la cabeza fue pensar que varias escenas famosas, que habíamos visto en la miniserie, no aparecían acá (no diré cuales para no spoilear nada) y si bien, me hubiera gustado verlas recreadas en esta versión, me parece un acierto el que hayan sido cambiadas, pues así la cinta no se apoya en el éxito anterior (y evita la excusa de “era un homenaje”) lo que le permite crear escenas propias y así extrapolar las versiones, creando su propio terrorífico universo, donde habitar en un lugar lleno de peligros y soledad, negligencia y abuso, no ayudan a combatir a un terrible monstruo que se alimenta de miedo, entonces ¿ de dónde sacas el coraje para enfrentar lo que más temes? Especialmente si no hay nadie más que le haga frente a este despiadado asesino, pues los adultos no lo pueden ver (o al estar inmersos en el terror que es Derry y su influencia de “Eso”, simplemente se niegan a verlo y reconocerlo).
Y hablando de Pennywise, debo reconocer la gran elección que fue Bill Skarsgård, pues debe ser un rol al que pocos actores querrían enfrentarse, después de tan icónica representación por parte de Tim Curry, pero Skarsgård se mantuvo un tanto más fiel al material original y crea su propio villano, mucho menos festivo, y mucho más maldito, al que se le nota el odio que tiene hacia los niños, el gozo que le provoca asustarlos y el hambre que le provoca verlos, y al que le imprimió un muy característico lenguaje corporal.
Si pudiera encontrarle algún pero, seria primero la música, la cual se me hace que fue para nada especial, muy típica de película de terror, de esas que te anuncian a mas no poder que algo va a pasar, y que es capaz de diluir un poco la expectativa de algunas escenas (nada realmente problemático, pero pudo ser mejor) y el que tal vez, en varios momentos, la figura de Pennywise pudo tener un poco más de construcción al momento de mostrarlo, ir creando ambiente y suspenso poco a poco para rematar al final y no mostrarlo tan de lleno, pero fuera de eso, los sustos y brincos están a la orden del día, especialmente si le temes a los payasos, y la escena final, si termina siendo de tener los vellos de los brazos erizados.
Las películas de terror siempre son un azar, y generalmente fallan, especialmente las adaptaciones, pero esta nueva versión de “Eso”, nos permite adorar de nuevo a ese grupo de perdedores y a temerle una vez más a ese endemoniado payaso. ¿Queremos la secuela y ver a los niños ahora como adultos en un segundo round contra las “Luces de Muerte”? ¡Desde luego que si! ¡Y las posibilidades para los actores que pueden interpretarlos serán realmente el fuerte que dará fuerza a la segunda parte! (Por mi parte, me encantaría ver a Chris Pratt como Ben Hascomm adulto).
Si te gusta el cine de terror, eres fan de Stephen King y deseas ver una cinta de buena calidad que hará que se te ponga la piel de gallina, hazme un favor y ve a ver el estreno de esta magnífica película el 14 de septiembre.
Y no… no está para nada censurada.