El Castillo de Cristal… tan cerca y tan lejos de mi padre como quiero estar


 

Los dramas en el cine suelen ser especiales, porque tienen el potencial de hacernos sentir identificados con ciertos aspectos de la vida diaria, pero pueden volverse muy poderosos cuando están basados en hechos reales, porque vamos… ¿Qué más real que eso puede haber? Alejarnos de la ficción y acercarnos a una narrativa real provoca una conexión inmediata y profunda entre el público y los personajes.

Y eso sucede precisamente con “El Castillo de Cristal”, cinta basada en la novela autobiográfica de Jeannette Walls, y donde tenemos en los papeles principales a Naomi Watts, Woody Harrelson (que con esta actuación, está oliendo a nominación al Oscar definitivamente) y a Brie Larson dando vida a la propia Jeannette Walls, donde conoceremos la dura infancia de la periodista donde la relación con sus padres, a pesar de siempre ser de un estilo que le permitieron llegar a ser la persona en la que se convirtió, tienen muchos aspectos duros y crudos que ponen en tela de juicio la capacidad de que tenían sus padres para criarla a ella y sus hermanos, y si, si la historia ya es suficientemente atractiva como para darle una oportunidad, son las actuaciones las que redondean todo y hacen de esta una cinta imperdible. Estos tres actores, han logrado una joya juntos la cual evitara quede un solo ojo seco en la sala.

 

 

Metas inalcanzables, con caminos sinuosos y llenos de obstáculos, son el pan de cada día para todos quienes habitamos este planeta, algunos los sortean con facilidad y otros se quedan a mitad del camino, perdiéndose en el proceso, muchas veces hasta ellos mismos, siendo esta la diferencia principal entre el personaje de Jeanette y el de su padre Rex (Harrelson), donde uno se dejó vencer por la vida y vivía exclusivamente de sueños y la otra, quien a pesar de haber sido criada por esa persona, es impulsada, por el amor que le tiene y las ganas de salir adelante, a tomar lo mejor de cada situación para hacerse fuerte y no caer en el transcurso de la vida, y eventualmente, aprender a agradecer las cosas que tuvo en la vida, ya fueran mucho amor y momentos increíbles junto a su padre, o un corazón atormentado por las adicciones y desaires que este le provoco durante años.

Definitivamente, una de las cintas más duras y crudas del año… así, exactamente como la vida misma.

 

 

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