August “Auggie” Pullman, es un niño amable, noble e increíblemente inteligente, pero todo eso queda opacado debido a las malformaciones faciales que le provoca el Síndrome Treacher Collins que padece, lo cual ha provocado que su madre haya dedicado todo su tiempo a él, así como a educarlo en casa, pero es obvio que no pueden protegerlo del mundo real para siempre, y es así como Auggie debe enfrentarse por primera vez a la escuela, y a estar rodeado de niños, quienes lo juzgarán simplemente por como luce… de él dependerá hacer que todos decidan ver más allá.
Que fácil podría ser que una película como “Extraordinario” (Wonder) fuera arruinada si su premisa básica se manejara a base de puro chantaje emocional, y miren que ahí podría tenerla bien fácil… castigarnos con culpa por la manera en que Auggie (Jacob Tremblay) es tratado, para después hacernos sentir bien con nosotros mismos por “empatizar” con la situación al hacernos sentir que hemos aprendido la lección y somos mejores personas, pero nada podría ser menos preciso para describir tan hermosa cinta, la cual es todo un drama familiar, en el que cada paso está muy bien planeado, planteado y desarrollado, de una manera brillante, ganándose a pulso, cada lagrima que le roba a todos en la sala.
Algo bien interesante de la cinta, es que aparte de estar contada en primera persona por parte de Auggie, donde podemos conocer su historia desde su nacimiento, pasando por todas las operaciones que le han realizado, hasta su primer día de escuela, es que no enfoca toda su atención en él, esta contada por episodios, donde su hermana Olivia, la mejor amiga de su hermana, Miranda, y Jack Will (su mejor amigo) también tienen oportunidad de hablar sobre su vida y el como a veces, el tener una deformidad/discapacidad, hace que tu vida sea menos afortunada o mas complicada que la de cualquier otro, así como su relación con August y como termina influenciado por él.
El escenario completo es realista, palpable, alejado de cualquier irrealidad que pudiera hacernos sentir ajenos a ella, por el contrario, te hace sentir empático por cada uno de los personajes, hasta de los que pudieran parecernos los peores de la historia, pues cada uno de ellos, tiene una historia detrás, que lo impulsa a ser quien y como es, y nada se puede agradecer mas en el desarrollo de un personaje que el que le den una tridimensionalidad que lo haga identificable.
Y no me parece nada sorpresivo lo bien manejado de la historia, pues su director, Stephen Chbosky, ya nos había entregado una de las mejores cintas basada en lectura “teen” como lo fue “Las Ventajas de Ser Invisible”, ahora escalando exponencialmente su trabajo al tener en manos a dos grandes estrellas de Hollywood como Owen Wilson y Julia Roberts, donde ambos hacen el gran trabajo al que están acostumbrados, pero sin opacar en ningún momento a las pequeñas estrellas que son las verdaderas estrellas en esta ocasión, y funcionando más como un gran pedestal en el que ellos pueden subirse, y ni que decir de Jacob Tremblay, quien a su corta edad ya es todo un profesional ante las cámaras y nos trae una de las interpretaciones más dulces, dolorosas y poderosas del año.
Una cinta que en verdad recomiendo vayan a ver y lleven a sus hijos con ustedes, pues me parece tiene grandes lecciones que, en una época como en la que vivimos, a nadie le sobran, al contrario, lo enriquecerían en su día a día, ademas de contar con la siempre confiable Garantía Cinépolis.