Cada vez que anuncian una película de terror, me llegan dos sensaciones a la cabeza… el primero, emoción de pensar que potencialmente tenemos una buena película entre las manos, y dos, un terrible miedo a saber que la mayoría de las veces quedare decepcionado con un producto menor y mal hecho, pues aceptémoslo, el terror es uno de los géneros más difíciles en cualquier tipo de expresión artística, ya sea cine, libros, teatro, etc. pues es difícil lograr un producto que logre espantar al jugar con tu cabeza y te provoque estar en un estado de miedo constante, y no que tenga que basarse en gritos o apariciones sorpresivas para espantarte ( recurso tan barato como cuando lo personajes avientan cosas a la pantalla en las películas 3D), y es así, como una vez más, llega una secuela (en esta ocasión, ya una cuarta parte) de Insidious, aquí conocida como La Noche del Demonio: La Última Llave.
Ya nos queda claro que Elise Reiner queda, junto a sus atolondrados ayudantes Specs y Tucker, como los protagonistas de la serie, quienes, en esta ocasión, deben viajar a una casa donde un demonio atormenta a su habitante, y peor aún, de solo escuchar la dirección, eriza completamente la piel de Elise, pues es donde ella solía vivir cuando niña, así que los terrores que ahí convergen, ella ya los conoce, y aquella vez no terminaron nada bien.
Insidious es una saga que nunca ha lograd atraparme, siempre se me ha hecho terriblemente aburrida y de “susto fácil”, con “demonios” que nunca me han parecido atrayentes como para querer ver algo más de ellos o sentir que en verdad son amenazantes, así que acepto que me impresione un poco al decir que esta cuarta parte es la que me parece la mejor de todas (o sea, no deja de ser mala, pero es la menos mala) pues al menos el principio de la cinta parece que tomará un rumbo interesante en cuanto a la seriedad de la presencia maléfica, aunque, una vez más, termine convirtiéndose en un capítulo de Scooby Doo.
No alejándose de lo que han sido anteriores entregas, este festival de clichés al menos maneja un guion con un poco mas de sentido, y le deja bastante claro al espectador lo que esta viendo, a pesar de sus agujeros negros argumentales sin terminar de aterrizar nada, así que no pasas de ser algo meramente palomero (y menos mal ahora no tenemos abuela karateca).
Si te gustaron las anteriores seguramente la verás, si tienes ganas de no hacer nada el fin de semana, pues es buena opción, pero si buscas algo interesante o diferente… ¡HUYE!