Sarah Winchester, hija del legendario creador de los rifles Winchester ha heredado la compañía y la fortuna de su padre, convencida esta también, de haber heredado una maldición familiar, la cual trae consigo las almas de todos aquellos que han muerto a causa de una bala disparada de una de sus armas, aunado eso a la muerte de su esposo y su hijo, comienza a modificar una mansión que compro a las afueras de California, según ella, a petición de los espíritus, de manera perpetua, una construcción que nunca se detiene, para así, dar paz a las almas, y a la vez, intentar ahuyentar a los espíritus malignos que la acechan.
Es así como los hermanos Spierig, en esta su quinta película, nos traen este relato sobre la Maldición de la casa Winchester (nada que ver con Sam y Dean), y el momento cuando el doctor Eric Price (Jason Clarke) es contratado por la compañía Winchester, para viajar a la casa y evaluar el estado mental de la señora Sarah Winchester (Hellen Mirren) pues los socios de la misma, creen que la obsesión de la socia mayoritaria con la casa, le impiden desarrollar y llevar a cabo sus funciones de manera adecuada. Este viaje lo llevara a conocer un mundo sobrenatural al que es totalmente ajeno, y a descubrir, que fantasmas de su propio pasado aún lo acechan.
La hoy atracción turística (conocida como Winchester Mistery House) siempre ha sido motivo de fascinación por parte de los entusiastas de las casas embrujadas y las historias de fantasmas, nos hace preguntarnos ¿Cómo es posible que un fenómeno tan grande, tenga un perfil tan bajo dentro del mundo del cine? Y creo que la respuesta no es tan complicada… porque a pesar de que la historia es amplia e interesante, centrarse dentro de la pura historia de la casa, sería demasiado cansado, pues hablamos de 40 años de construcción, por lo que sería hablar de, probablemente, muchos casos y situaciones ocurridas, y de ser muy específicos con algún periodo o situación, deben tomarse muchas libertades creativas, para así, crear un filme de terror atractivo (admitámoslo, cosa nada fácil) que, cosa un tanto triste, recae demasiado en los “jump scares” y sonidos fuertes para espantar al espectador, más que envolverlo dentro de la lúgubre historia de la mansión, lo cual la deja dentro de una zona de confort que le sirve para ser una cinta de terror “promedio”, de esas que sabes funcionaran para el público simplemente por ser de terror, aunque termine siendo un producto completamente olvidable.
Potencial tenia y me parece terriblemente desaprovechado, tenía historia para ser un filme de referencia, y termina siendo uno más hecho con manual, pues no innova, no nos ofrece nada extraordinario, ni termina por ser original, y peor aún, la mansión misma, el elemento más importante de la cinta, nunca termina por ser un protagonista y/o amenaza por sí misma, lo cual la deja para ser simplemente una película palomera más para pasar el fin de semana.