Verano del 84… “Incluso los asesinos en serie son vecinos de alguien”

Crear un thriller retro no es complicado, solo necesitas música capaz de brindarnos un ambiente tétrico, escenas que te hagan creer que la dirección de la película es completamente distinta de a donde se dirige en realidad, uno que otro brinco, playeras de moda antigua, éxitos musicales de la época y muchas, muchas referencias a eventos ocurridos en ese momento, ya sea con políticos, show, cantantes o noticias,

Lo difícil es hacerlo bien, brindando una historia coherente y que te mantenga atrapado de principio a fin, y eso es algo que se le agradece a “Verano del 84”, que de inicio, y seguro ya han leído esta referencia varias veces, hace sentir que estas viendo una versión de “Stranger Things”, pero en vez de monstruos, es sobre un asesino serial, y si, muy al estilo ochentero, nos lleva a conocer a un grupo de amigos que se unen para solucionar un misterio.

Davey Armstrong (Graham Verchere) es un chico que vive con su familia en los suburbios, en una vida bastante apacible, pasa sus días repartiendo diarios y jugando con sus mejores amigos “Eats” (Judah Lewis),  “Woody” (Caleb Emery) y Curtis (Corey Gruter-Andrew), además de ser fan de cualquier noticia y/o acontecimiento paranormal… aaah sí, y como buen chico de su edad, vive enamorado de su vecina y ex niñera Nikky (Tiera Skobye), nada que pudiera parecer fuera de lo normal, Pero cuando el pueblo se empieza a llenar de noticias de que en el condado hay un asesino en serie,  su vida se vuelca en intentar de descubrir la identidad de este criminal, lo que lo llevara a sospechar de su vecino Wayne Mackey (Rich Sommer), un policía bonachón que parece ser el menos sospechoso de todos, pero Davey no cesará sus intentos por desenmascarar al asesino.

 

 

Y si, esta premisa es básicamente cualquiera de cualquier película de misterio, el saber ¿cómo es que personas comunes de nuestro alrededor, pueden llegar a ser capaces de tales actos de violencia? ¿Eso que dice de nosotros mismos?

Ahora ¿se imaginan esas preguntas en la cabeza de un niño que ama los misterios y que además siente que vive en un pueblo donde nunca pasa nada?

Siempre existe esa edad donde no eres realmente consciente de ciertos niveles de peligro, además, sumado a la emoción de sentirse involucrados en una investigación, sin obviamente notar, que son precisamente niños de su edad, las víctimas de estos crímenes.

Puede que un poco a modo de cliché, los personajes están muy a modo de este tipo de historias, pues uno de los amigos es el típico chico rudo que usa chamarra de piel, pero que por dentro siempre esta triste pues nunca platica a nadie sobre sus problemas en casa, también tenemos al chico de lentes, que obviamente tiene que ser el listo, y también al niño gordito porque… pues porque siempre debe haber un amigo gordito (y si, la vecina ex niñera es muy guapita y hay que verla en las noches por la ventana quitarse la ropa).

Pero dentro de todo, lo realmente importante de la película es su tercer acto, donde el ambiente de la película cambia de manera radical, pues si, los primeros actos son muy de “buddy film” y un tanto de “coming of age”, pero el final, que se vuelve lúgubre y muy amargo, nos recuerda una cosa muy sencilla… los niños realmente no resuelven misterios ni atrapan asesinos en serie, así de sencillo.

 

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