Halloween… Laurie vs. Michael Round 2

La nueva (y considerada segunda parte) entrega de Halloween, del director David Gordon Green, deja claras sus intenciones desde el principio, cuando vemos a un par de periodistas intentando establecer comunicación con el mal encarnado, el terrible e imparable asesino Michael Myers (obvio con el score de John Carpenter de fondo). Comienzan los créditos principales acompañados del tan famoso sintetizador y tal como vimos en la primera entrega, una calabaza, pero en esta ocasión, ésta se encuentra aplastada… ¿probable alegoría a la cantidad de secuelas, reboots y reinicios que ha tenido la saga y que poco han hecho por su fama? (con todo y que la primera de la versión de Rob Zombie me parece una genialidad). Pero mientras avanzamos en la presentación, la calabaza comienza a tomar su forma original, así como retomando su brillo como espectral memento halloweenezco, lo cual solo indica una cosa…

Halloween ha vuelto a su gloria original.

Después de ser capturado tras los infames “Babysitter Murders”, Michael Myers (Nick Castle, si, el Michael original) lleva 40 años sumergido en un silencio catatónico, resguardado en la institución mental de Haddonfield y por razones desconocidas y totalmente inconsecuentes, ese octubre, será remitido a la penitenciaria del estado, cosa que preocupa a su guardián y psiquiatra, el Dr. Sartain (Haluk Bilginer), quien fuera alumno del Dr. Loomis (el doctor original de Michael). Mientras tanto, de vuelta en el pueblo, Laurie (Jamie Lee Curtis) lleva cuarenta años sufriendo desde que logro escapar de la muerte ese terrible 31 de octubre, y a su familia, compuesta por su hija Karen (Judy Greer) y su nieta Allyson ( Andi Matichak) es algo que le cuesta trabajo entender, pues no les es coherente que no logre superar este trauma después de tanto tiempo, y peor aún, que durante el mismo, no haya dejado de preparase para su regreso, pero ninguna de ellas, conoció a esta imparable fuerza de primera mano, así que para su hija, no es nada mas que un fantasma que la invadió durante toda su vida, y para su nieta, una leyenda que no parece algo que pudiera ser real, pero que pronto, gracias a un choque de autobús, volverá a serlo para estas tres mujeres.

 

 

Así es como comenzamos este “retomar el camino” acerca de aquella antigua historia, donde una noche de Halloween, un monstruo enmascarado decidió perseguir a una chica, dejando algunos cadáveres en el camino, mostrándonos lo que en verdad debió haber sido Halloween 2 como continuación y probable conclusión. No negare que algunas de las secuelas previas estuvieron echas con nostalgia y cariño por su primera parte, pero, esta nueva versión, se siente cargada con una exuberancia creativa, que además no tiene miedo al jugar con sus propios elementos, y lo mejor de todo gracias la dirección de Green y al sorprendentemente entretenido guion de Danny McBride (si, el gordito de pelo chino que tiende ser grotesco y chistoso en varias comedias) logra un ambiente tenso y lleno de temor para el espectador, dejando muy clara una cosa… así es como deberían ser todas las secuelas.

Entonces sí, para que quede claro, por si acaso alguien no ha estado poniendo atención, esta nueva cinta se coloca como la segunda parte, eliminando todo lo que vino después, así que podemos descartar completamente H20, la muerte de Laurie en Halloween Resurrección y la terrible idea de tenerlo en un “reality show”, así como las versiones del señor Rob Zombie. Eso ha “dejado de existir” como canon.

¿Saben que es lo mejor de todo? Jamie Lee Curtis se nota encantada de volver a interpretar a su heroína/alter-ego/sobreviviente, en el que nos muestra a una mujer ya mayor (obviamente, estamos hablando que han pasado cuarenta años desde el ataque de Michael) y esto la ha convertido en una mujer, que a raíz de su temor a volver a encontrarse con este temible personaje, ha pasado todo ese tiempo preparándose, armándose hasta los dientes y convirtiendo su casa en una fortaleza, pero a la vez, al intentar preparar a su hija para ese momento, la alieno completamente de su vida (así como a un par de ex esposos), pero es esa fuerza y determinación, combinando con la seguridad de que algún día lo volverá a encontrar, lo que la mantiene viva y alerta.

 

 

Dejemos de lado los fútiles intentos por comprender al señor Myers por el lado psicológico, no, no es un paciente terriblemente enfermo al que haya que analizar para curar, y entendamos que hablamos de un monstruo y su mitología, uno que debe ser parado a como de lugar, así como de la heroína destinada a ser quien le ponga fin, pues ella también se ha convertido en una especie de fuerza imparable, que es lo que la ha mantenido con vida y un propósito durante todos estos años.

La cinta, se da el permiso durante su principio de tener momentos entretenidos, digo, la gente que no sabe el destino que al que esta por enfrentarse no necesita estar espantada o temerosa sin razón, lo que nos permite desahogar tensión en momentos muy apropiados, construyendo así un tercer acto imperdible, perfecto, donde todos lo elementos del pasado de Laurie colisionan.

Probablemente esta secuela pudiera carecer de la pureza, enfoque y un tanto de simpleza que tenia la original y que la hacia tan atractiva, pero rara vez las secuelas lo tienen. No, no nos vamos a la pieza que fue, pero lo que si nos ofrece, es la mejor continuación posible dentro de todos los intentos que hemos tenido en estos 40 años y que les aseguro, que los fanáticos se van a devorar como si fueran los dulces que pidieron con el “Dulce o Truco”.

“The Shape” vuelve a caminar entre nosotros.

 

 

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