Roma… la belleza de la sencillez


 

Roma, la nueva película del galardonado y reconocido Alfonso Cuarón, que fue ganadora del León de Oro en Venecia, que pinta para ser la candidata a representar a México en los Oscares; que ha tenido ovaciones en todos los festivales a los que se ha presentado y que por encima de todo cuenta con el soporte de Netflix, verdadero monstruo de la distribución, es quizás la película más humilde y sencilla de este director reconocido internacionalmente.

Filmada en blanco y negro y grabada en 65 mm, la película cuenta la historia de una familia de clase media que vive en la Colonia Roma (como bien lo dice el título) en la Ciudad de México a inicios de los años 70, donde los problemas económicos, políticos y sociales  son retratados a través de la  mirada de Cleo, la sirvienta y nana de la familia, quien poco a poco nos irá mostrando desde su perspectiva diferentes historias sobre la cotidianidad de la gente que la rodea y su vida misma.

En esta película, Alfonso Cuarón nos regala no sólo un bello retrato citadino, sino una historia propia y profundamente personal, reviviendo a su paso impresionantes escenarios de construcciones, calles y avenidas que en su momento fueron símbolo de belleza y modernidad de la ciudad.

Así, el corazón de esta historia se desarrolla en la calle de Tepeji #21, donde una empleada doméstica es testigo del fracaso de un matrimonio y los problemas familiares  que eso conlleva, mientras lidia con sus propios dramas personales que sobrelleva gracias a 4 niños, quienes ignoran inocentemente las consecuencias y repercusiones que también transforman sus vidas.

 

 

Algo que debo destaca, y dado mi personal interés por la dirección de arte, es que esta película tiene una extraordinaria atención al detalle: No hay un solo auto, persona con celular o elemento que delatara que la película fue hecha 40 años después. Logrando así un efecto que no sólo nos recuerda aquella década de minifaldas, rock, inauguraciones monumentales y mucho descontento social,  sino que logra transportarte a ella y hacerte partícipe de lo que ahí ocurre, desde el señor que vende juguetes y globos afuera de los cines, hasta las torterías, plazas y monumentos recién inaugurados, el retrato de las zonas metropolitanas sin pavimento y escenarios donde el Glamour de las fiestas de aquellas clases medias se combinan con la pobreza de aquellas casas de cartón que aún podemos ver en algunas zonas de nuestra ciudad.

Vale la  pena destacar la actuación de Yalitza Aparicio quien encarna a Cleo y Nancy García su amiga inseparable, quienes, en su primer protagónico en ningún momento logran verse opacadas por Marina de Tavira quien interpreta a la “matriarca” de esta historia.

Al  final,  es así como Cuarón escribe, produce y dirige esta anécdota de su infancia donde las mujeres que marcaron su vida sufren y luchan pero logran sobrevivir en un México que ya no existe físicamente, pero que esencialmente no ha cambiado”.

 

https://youtu.be/fp_i7cnOgbQ
 

Texto 

AC

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