Situada en 1920, poco tiempo después de los hechos ocurridos en la primera cinta, nos toca reencontrarnos con Newt Scamander (Eddie Redmayne) y conocer el nivel de envolvimiento que ha tenido el famoso profesor de Defensa contra Las Artes Obscuras del Colegio Hogwarts, Albus Dumbledore (Jude Law), dentro de sus acciones, y que en esta ocasión, le solicita de caza una vez mas a Grindelwald (Johnny Depp), quien a logrado escapar, y que esta vez, se encuentra en Paris, no solo fomentando una rebelión en el mundo de los magos, si no también intentado reclutar a Creedence Barebone (Ezra Miller), quien al parecer ha logrado equilibrar su parte Obscurial, y que seria una gran arma en contra de Dumbledore.
Newt, acompañado de su amigo “no-maj” (o como ahora sabemos los llaman en Francia: “non-magique”) Jacob Kowalski (Dan Fogler), cuya relación con su “mágico” amor, la lectora de mentes, Queenie (Alison Sudol), se encuentra un poco complicada debido a la presión que el gobierno mágico ejerce para prohibir cualquier relación entre magos y muggles (para regresar al termino conocido), hacen este peligroso viaje, para encontrar a Creedence antes de que se vuelva parte de las filas de Grindelwald, y en el proceso, también deberán encontrar a Tina (Katherine Waterston), quien ha vuelto a trabajar como Auror, y quien definitivamente no quiero saber nada mas de Newt.
No puedo evitar escribir esto como Potterhead hecho y derecho, sin ser agraviado por mi parte de critico cinematográfico, donde a la vez me gustaría decirles que es lo mejor que van a ver en la vida y a la vez, necesito nombrar ciertas inconsistencias de la película que es imposible no notar… pero primero lo primero, y es que me encanta ver la colaboración, ya por sexta ocasión, entre J.K. Rowling y David Yates, quien es uno de los directores que mejor han sabido interpretar las palabras de la mágica escritora para trasladarlas a la pantalla grande.
El punto central en esta entrega, es el saber si Newt tomará activamente un lado del conflicto, si ayudará a Ministerio a atrapar a Grindelwald, o si se mantendrá al margen solamente cuidando a sus criaturas, mientras que nuestro otro protagonista (por que ahora si, tiene bastante tiempo en pantalla) Grindelwald, esta en plena campaña, convenciendo a la comunidad mágica de que las viejas costumbres ya son obsoletas, y que deberían ser libres en muchos aspectos en los que son reprimidos. Esto le gana muchos seguidores, lo que comienza a complicar mucho las cosas no solo para nuestros protagonistas, si no para el mundo entero. Es aquí donde debo decirles que estoy agradecido de que POR FIN, alguien (David Yates, te amo) pudo alejar a Johnny Depp de su ya cansina interpretación eterna de Jack Sparrow, y nos entrega un villano, mucho mas palpable, mas cautivante y que nos demuestra, con hechos, que lo hace un mago oscuro, y créanme que no es ninguna tarea fácil, pues, ¿quién podría olvidar fácilmente a Voldermort y lo que Ralph Fiennes logró con el? Pues créanlo o no, Depp logra (por fin) una actuación a la altura y que le permitirá desarrollar de muy buena manera al personaje en próximas entregas, pues toda esa maldad, esta rodeada de una ambigüedad moral, que es la que lo convierte en un personaje fascinante.
¿Cómo lograr que un villano como este, pueda ser visto con cierto grado de humanidad, para no convertirse en un villano cliché? Pues complementarlo de manera emocional, en esta ocasión, con la presencia (y fabulosa actuación) de Jude Law como un joven Albus Dumbledore, el único mago lo suficientemente poderoso para enfrentar a Grindelwald, pero quien, por alguna extraña razón, se niega a hacerlo. Aquí conoceremos un poco mas sobre la relación que comparten estos dos, el afecto que tenían el uno por el otro (o algo mas) y que es, lo que logra que Gellert Grindelwald sea mucho mas identificable.
Jude Law logra un muy buen papel, continuando de manera muy respetable, la identidad que ya conocíamos de Albus, gracias a las anteriores interpretaciones de Richard Harris y Michael Gambon, con esos bríos y actitud juguetona y carismática con la que siempre lo identificamos.
Pero ahora, la parte a la que no quería llegar que son los pero de la cinta…
Con excepción, tal vez, de Zoe Kravitz, quien interpreta a Leta Lestrange, uno de los personajes mas misteriosos de la historia, siempre con un aire impredecible, el resto del cast pasa a ser de bueno a olvidable o innecesario, pues al ser tantos, y cada uno traer su propia carga emocional, las distintas historias y subtramas que vemos, se sienten, de pronto, tanto perdidas como abandonadas, y si como lo dije, también innecesarias… por ejemplo, y yo se que muchos querrán gritarme después de esto pero ¿de que nos sirve tener a Nagini (Claudia Kim) como compañera de Creedence? De no ser por puro “fan service” y darnos un guiño a las películas anteriores, su historia no nos sirve de nada, y esta bien, agradezco verla en una película, pero lo mismo habría dado haberlo leído en Pottermore, y haber aprovechado ese tiempo para desarrollar mas a fondo alguna otra historia.
Tanto la historia como el guion son complacientes, saben cual es su publico y lo que este quiere ver, cosa que dificulta las cosas para aquellos espectadores de ocasión o para atraer nuevos fans a las filas Potterheadianas, y que además, como historia, no tiene un final visible o palpable, si no que es una mera puerta para la parte tres de la historia, eso si, agradeciendo, como fan declarado que se atreva a tomar ciertos riesgos, que no serian tan obvios, y que nos permita resolver varias preguntas, que muchos de nosotros teníamos, además de agregar nuevos (digo, aun les faltan tres películas y con algo hay que llenarlas…)
Como tal, “Los Crimenes de Grindelwald” es una solida nueva entrega para la saga del “Wizarding World” de J.K. Rowling, que bien sabemos le va a ir espectacular en la taquilla, y que debe ser vista por los fans de la saga, pues si, te deja con ganas de saber que mas viene a continuación.