Muchas expectativas son la que recaen sobre el estreno de Creed II, la nueva cara de la revitalizada saga de Rocky, que nos sorprendiera por allá del 2015, regresándole un poco de su gloria, con un rostro fresco, de la mano de Ryan Coogler. En esta ocasión, y debido a un pequeñísimo proyecto llamado “Black Panther”, Coogler pasa la batuta a Steven Capler Jr., un novato director en el ámbito de la pantalla grande y que vaya que tenia que llenar unos zapatos enormes.
Nos toca regresar a la vida de Adonis Creed (Michael B. Jordan), quien se encuentra en el mejor momento de su carrera y de camino a ser el campeón de Peso Completo, cosa que no le permite bajar el ritmo por un segundo. Esa es la razón que le permite a un promotor aprovechar el momento y así promover una pelea con Viktor Drago (Florian Munteanu), hijo del infame Ivan Drago, quien años atrás, matara a su padre Apollo durante una pelea de exhibición, con un reto por el titulo.
Vaya que re introducir a este “villano” de la saga era un movimiento peligroso, que bien podía ser tachado de nada mas y nada menos que puro “fan service” pues estamos hablando de uno de los mas inolvidables contrincantes de Rocky, pero gracias al script de Stallone y Juel Taylor, esto es manejado de manera que nos permite conocer a Drago de una manera multidimensional, pues ahora conocemos a un ex héroe nacional caído en desgracia tras la derrota sufrida y que esta desesperado por recobrar el brillo de su apellido, en esta ocasión, a través de su hijo, para volver a ser parte de la elite rusa, cosa que lo convierte mas en una figura con la que podemos sentir empatia, pues identificamos el dolor y la frustración causada, así como lo mal que la canaliza con su vástago y protegido, lo que extiende ese sentimiento hacia el, pues vive en constante abuso, lo que se traduce perfecto a la pantalla al presentarlo como esta figura gigantesca que solo sabe expresarse a golpes. Y miren que es difícil que un personaje que habla poco tenga tanto impacto, cosa que Florian logra con solo subirse al ring.
Las escenas de pelea en esta ocasión probablemente sean menos ambiciosas que en la primera entrega, pero no son por eso, menos impactantes, permitiéndose el uso del “POV” (Punto de Vista) lo que les aseguro, hace que nuestra cabeza retumbe con cada uno de los golpes de este par de contrincantes.
Y si, es predecible saber en que terminará cada una de las peleas antes de la ultima campanada, y si, tenemos muchos momentos especialmente diseñados para complacer al espectador condimentados con el memorable score de Ludwig Göransson (quien esta teniendo un gran año en ese ámbito), cosas que, combinadas con todo lo anterior, con regalan una película entretenida, nostálgica y que da constancia de su presencia en la cartelera.
Pero, aunque las peleas no tengan tanto suspenso, el verdadero conflicto es el que vemos fuera del ring, pues sus protagonistas se ven envueltos en toda clase de conflictos internos, ya sea desde el ver a Rocky con la decisión de si debe apoya a Adonis a enfrentarse al hijo de quien asesino a su mejor amigo hasta ver como el mismo Adonis debe de lidiar con desde estar a punto de ser papá , hasta el intentar recuperarse no solo de una tremenda golpiza que lo manda al hospital, si no de algo mucho mas complicado… un ego y un orgullo hechos papilla.
Condimentada con grandes actuaciones como la de Phylicia Rashad como la madre adoptiva de Adonis, y de Tessa Thompson, la esposa de este, y que funciona como el ancla que intenta mantenerlo en el suelo, Creed II es una buena cinta deportiva, que nos regala personajes perfectamente bien delineados, cosa que se agradece, y que la convierte en una gran adición a la saga.