Olviden a la Nicole Kidman glamourosa y siempre encantadora la que están acostumbrados cuando vayan al cine a ver “Destrucción”, donde interpreta a la detective Erin Bell, pues ahora vemos un rostro deteriorado, en el que pesan alcoholismo y una obsesión por cerrar un caso que 17 años atrás le cambio totalmente la vida.
Su personaje se ve golpeado cansado y con una actituda que no hace extrañar que ninguno de sus compañeros quiera tener mas trato con ella, hasta que al estar en la escena del crimen dice conocer a la victima, pero mas importante, quien es su probable asesino… tres círculos tatuados en el cuello del cadáver le han contado toda la historia.
Momentos después, a manera de flashback, vemos a Erin mas joven, una novata que trabaja encubierta junto al agente Chris (Sebastian Stan), y cuya misión es detener a una violenta pandilla de ladrones de banco, fingiendo no solo estar involucrados en el mundo de las drogas y robos, si no también de ser una pareja. Karyn Kusama, directora de la cinta juega con el guion de una manera perfecta con estos dos trágicos amantes a manera de una vieja historia “Pulp”, donde el destino termina complicando las cosas, a pesar del vinculo positivo que comienzan a formar los protagonistas.
Obviamente no los voy a contar que es lo que pasa que hace a Erin con tal desesperación venganza después de tantos años, pero las dos horas de desesperación y confusión a las que somos sometidos para encontrar al sanguinario Silas (Toby Kebbell) son simplemente fabulosas y totalmente inesperadas, y al que es necesario llegar al final para poder armar el rompecabezas y tener el panorama completo de todo lo que ocurrido, o de lo contrario podríamos encontrar poca coherencia dentro del script.
Pero si, lo que hace impactante a esta cinta son las actuaciones, todas y cada una de ellas, pues a veces, con tantas idas y vueltas, es fácil perder el rumbo y al espectador, pero aquí, cada giro y cada callejón de salida, simplemente agregan tensión a la trama, por lo que es imposible despegar un segundo la mirada de la acción, todo gracias a esa realidad que le imprimen todos y cada uno a sus respectivos personajes..
Destrucción es un filme fragmentado, tenso, que seguramente desesperara a los mas impacientes, pero créanme que vale la pena ver la gran lección actoral que Kidman se avienta en esta ocasión, y que prometo dejara a mas de uno con la boca abierta.
Nominación segura para nuestra querida “Reina del Hielo”.