En Obsesión (Serenity), conocemos a Baker Dill (Matthew McConaughey), un hombre cuyos días pasan en el mar al lado de su primer oficial Duke (Djimon Hounsou) con una sola obsesión, capturar a un gigantesco atún al cual ha apodado “Justice”, mismo que ha escapado a todos sus intentos, no importa que tan cerca se encuentre de lograrlo.  Su vida es tranquila y con realmente pocas preocupaciones. Tiene una “relación” con una mujer mayor (Diane Lane), a la cual solo ve para tres cosas: tener sexo, devolverle a su gato y sacarle dinero, el resto del tiempo lo pasa en soledad absoluta.

De manera súbita aparece Karen (Anne Hathaway), su exesposa, la cual lo dejo mientras él estaba en la guerra de Irak por un hombre millonario (Jason Clarke), y quien es la razón por la que lo busca, pues este se ha vuelto terriblemente abusivo y violento no solo con ella, sino también con su hijo, el cual él nunca ha dejado de extrañar. Karen le ofrece $10 millones de dólares por llevarlo a pescar a altamar, emborracharlo y asesinarlo empujándolo al mar para que sea devorado por tiburones.

Lo que al inicio le parece una petición ridícula, se irá clavando en su cabeza poco a poco, hasta llegar al punto de parecer no encontrar otra manera de actuar más que cumplir con el asesinato, pero a veces todo le parece tan irreal, que ya no sabe distinguir si todo es real, o si solo está atrapado en alguna especie de macabro juego.

Lo que empieza como un interesante aunque algo lento thriller lleno de drama y suspenso, de repente toma un giro existencialista completamente diferente, que más que ser malo, me parece está mal construido, pues se complica demasiado dentro de su propia estructura, intentando “sorprender” demasiado al espectador con el giro de tuerca, pero de pronto las vueltas son tantas, o tan “descabelladas”, que lo que bien podría ser un giro interesante sobre la propia existencia de los involucrados, termina pareciendo una idea un tanto ridícula, y más después de tener un inicio que tarda en arrancar, lo que hará que gran parte del público ya se sienta desmotivado de siquiera intentar entender qué demonios está pasando.

Si, ya sé que no explico mucho y a lo mejor no hago mucho sentido, pero contar más es aventar un enorme spoiler.

Si no fuera por las grandes actuaciones de esta dupla de actores, la cinta sería un total desperdicio, pues son lo único que de pronto le regala un poco de vida a las dos horas de duración de la cinta, y de los cuales, hay que ir en un “mood” de querer entender sobre distintas realidades y planos existenciales.

Definitivamente no es para todo mundo.