De las paginas del comic de culto, y por tercera vez (en una segunda encarnación), regresa a la pantalla grande el “Gran Rojo”, “AnungUn Rama”, mejor conocido como Hellboy, en esta ocasión, ya no interpretado por Ron Pearlman, si no por David Harbour, y ya no dirigido por el queridísimo Guillermo del Toro, si no por Neil Marshall, con una nueva visión del personaje, que se aleja un tanto del mundo fantástico y más de cuento de hadas que nos presentó Del Toro, para adentrarnos mucho en un mundo plagado de demonios y monstruos… un estilo un tanto mas apegado al comic, y que probablemente algunos espectadores, especialmente los que nunca hayan leído un comic de este, pudieran tener un poco de problema en comprender del todo, y mas aun disfrutar, pero vamos por partes.

Hellboy es un enorme demonio rojo que trabaja para el B.P.R.D. (Bureau for Paranormal Research and Defense), un grupo de agentes gubernamentales (muchos de ellos con habilidades poco comunes) que se dedican a localizar y neutralizar amenazas paranormales que ponen en peligro a la humanidad. Armado normalmente con una pistola de bastante buen tamaño, regalo de su padre, el profesor Bruttenholm (Ian McShane), y un gigantesco puño de piedra mejor conocido como “la mano derecha de la perdición”, Hellboy pasa sus días combatiendo cualquier tipo de amenaza al lado de sus compañeros de equipo, siendo en esta ocasión, el agente Ben Daimio (Daniel Dae-Kim) quien puede convertirse en un “hombre-jaguar”, y una poderosa vidente, Alice Monaghan (Sasha Lane), quienes deberán interponerse entre la bruja Nimue (Milla Jovovich) y su esbirro Gruagach, antes de que lleven a cabo su plan para destruir a la humanidad y así, formar una nueva época de poder para todas las criaturas de la noche.

Vaya que va a generar controversia y a polarizar a la audiencia esta nueva visión del famoso personaje de Mike Mignola por varias razones, siendo la primera y mas obvia, el que ya no sea nuestro querido Guillermo quien sea la mente detrás del proyecto, con esa magnifica visión que siempre a tenido sobre los los seres de otros mundos, y esa, es precisamente la primera diferencia que salta a la vista… el mundo de Hellboy creado por Del Toro, era mucho mas un “cuento de hadas”, mucho mas enfocado a mostrarnos otro mundo, donde podíamos ver a todo tipo de criaturas, buenas o malas, viviendo aparte de la humanidad, lo que le daba mucho mas resalte visual, como si por fin nos adentráramos completamente en el mundo del “Laberinto del Fauno” y conociéramos a todos sus habitantes, cosa que no ocurre en esta ocasión, pues Marshall, quien intenta apegarse mucho mas al comic (y mas aún con Mignola tan involucrado en el proyecto) centra mas su atención en darle vida a un mundo de monstruos malévolos y demonios que en todo momento son una amenaza latente, todo esto mezclado con profecías, gigantes, sociedades secretas, todo con un tono mucho mas tirado hacia el cine B, mucho mas gore, y justo como en el comic, con un tono un poco mas lento, donde se dan el tiempo de conocer el folklore o la mitología del mal que estén persiguiendo, de tener flashbacks (que de pronto aquí pueden parecer un tanto innecesarios) y de tener platicas que bien pueden derivar en historias que probablemente veamos mas adelante, lo que hace dos cosas, que la película sea bastante mas sangrienta de lo que nos acostumbraron las primeras versiones, y dos, que tengan un ritmo mucho, mucho mas lento, cosa que no siempre le viene bien a una película de acción.

Ahora, otro de los problemas que tiene, es el no saber definirse completamente como una nueva versión completamente ajenas a las anteriores, por que si, se aleja de los personajes conocidos anteriormente, crea su propia línea, nos presenta a un Hellboy mucho mas joven, un tanto inexperto, que se siente que no disfruta del todo su trabajo (al ser un ser “de las tinieblas” que debe eliminar a quienes bien podrían ser sus hermanos), mucho mas rebelde y muchas veces odioso con quienes lo rodean, pero a la vez, la misma cinta se resiste a crearle un pasado (o una mitología) al muy discretamente decirnos “ya lo conoces, sabes quien es y conoces de donde viene, no vamos a repetirnos”, entonces… ¿es secuela o no? Eso se siente muy al aire.

Todo eso me hizo sentir, que mas que estar viendo una reinvención del personaje, estaba viendo una secuela de la que me perdí la primera parte, o sea, el manejo de la historia, al no tener esa “familiaridad” previa (con este HB), por lo cual, creo que esta historia hubiera funcionado mucho mejor como segunda parte de este nuevo universo.

Por otra parte, siento que en esta ocasión, el haberle dado una clasificación “R”, permite que la historia se desarrolle de mejor forma y pueda moverse por lugares a los que no se le hubiera permitido ir antes, y que también, se permite tener un poco mas de humor (ya vimos que el tono super mega “darks” tipo DC no funciona para las películas de superhéroes y comics), personajes mucho mas bizarros (esperen a ver Baba Yaga y su casa con patas de gallina) así como peleas con buenos fondos musicales.

Probablemente para la segunda parte, deban enfocarse mucho mas en una sola historia y no mezclar tantos arcos en uno, permitir al personaje y su entorno desarrollarse antes de ya tener a media humanidad queriendo destruirlo por ser “Anung Un Rama” antes de que si quiera podamos conocerlo, y definirse mas a si misma como producto independiente, y así no tener que vivir comparada con las versiones de nuestro querido “Gordo” Del Toro.

David Harbour le imprime su propia personalidad al personaje, y tiene la opción de formar una nueva época (si bien un poco apurada) para este personaje que tiene grandes historias que merecen ser contadas siempre y cuando, la gente de los contratos y de detrás de la cámara, se lo permitan.

Les recomiendo, que, si quieren en verdad disfrutar de esta película, intenten deshacerse de la idea de ver esa versión mas limpia, heroica y dignificada (y si, inolvidable) que creo Guillermo, y se preparen para ver algo mucho mas escandaloso, atascado de monstruos y sangre que intenta, dare una nueva luz a este muy humano demonio.