
Si solamente tuvieras la oportunidad de ver los primeros 15 minutos de “Grandes Espías” (My Spy), donde dos grupos delictivos rusos llevan a cabo una muy ilegal transacción, la cual termina en una gran pelea en cámara lenta en contra del agente de la CIA “JJ” (Dave Bautista), y te dijera que los próximos 20 minutos los pasa en una isla paradisíaca con bebidas exóticas y seduciendo bellas mujeres, no lo dudarías.
Pero “Grand Espías” no tiene nada que ver con los espías estilo James Bond, pues a partir de ese momento toma 100% el rumbo de comedia familiar. Dirigida por Peter Segal, quien dirigió el remake de “El Super Agente 86” hace ya algunos años, ahora tiene la misión de burlarse de los clichés del genero, mientras, se adhiere a ellos durante el desarrollo de la historia, pero, además, con toda la intención de también, tener de manera “discreta”, una cinta de acción.
Toda la efectividad que JJ muestra en el campo cuando de combatir se trata, se ve opacada por su falta de sutileza para poder llevar a alguno de los rusos vivo para declarar, lo que lo mete en grandes problemas con su jefe (Ken Jeong), quien le da una última oportunidad para probar su valía, mandándolo a una misión de inteligencia, donde solo debe dedicarse a vigilar a una madre soltera, quien tiene la mala suerte de que su difunto marido era un poderoso terrorista ruso, asesinado por su hermano, pero resulta que esa area del espionaje no se le da muy bien.

Con el carisma que lo caracteriza, es muy fácil sentirse identificado con el gigantesco agente y su inocencia acerca de la vida diaria, así como de las relaciones personales, las cuales, son puestas a prueba cuando descubre que en el departamento vive una pequeña niña quien ha descubierto una de las cámaras ocultas. Te da a entender mucho sobre el personaje cuando su compañera (Kristen Schaal) pregunta que harán con ella, a lo que el responde “La matamos”.
Y es precisamente esa seriedad del personaje la que termina haciéndolo tan gracioso, pues este inexpresivo personaje funciona al hacer contrapeso de la simpática Sophie (Chloe Coleman), pues la trivialidad de sus palabras, tienen buen efecto sobre la “no tan” inocencia de su “nueva compañera”, cuyo mayor sueño es que le enseñen a alejarse manera cool cuando hay una explosión.
Tomando elementos de famosas y reconocidas cintas como “Un Policía en el Kinder” y “El Perfecto Asesino” donde se puntualiza mucho la diferencia de actitudes ante la vida de este par de personajes, pero, ¿Quién no querría ver a Batista venciendo a un montón de niños en “quemados” durante deportes?
Puede que el mayor pecado de la cinta es que después de un rato (y con un rato me refiero al 70 % de la película, esta relación empieza a ser sobrepasada por la necesidad de que los villanos vuelvan a aparecer para ponerle un poco de conflicto a la historia, que no ocurre hasta el tercio final, momento hasta el que nos toca de nuevo ver acción, y es ahí cuando vuelven los disparos y peleas que le dan sentido a tener un espía en la película.
“Grandes Espías” es una película para disfrutar en compañía de los hijos y relajarse un rato.
