Durante una noche cualquiera en Oslo, Noruega, el detective Lars Haaland (Nicolai Cleve Broch) y su esposa Marie (Agnes Kittelsen) se encuentran comprando su nuevo departamento, cuando de repente, extrañas luces azules comienzan a brillar en el océano mientras que la ciudad se queda sin energía eléctrica, todo acompañado de gritos de auxilio en el agua. Cuando Lars y el resto de la policía los ayuda a salir, se dan cuenta de una muy extraña situación… estos repentinos visitantes vienen de distintas épocas, entre las que se encuentran cavernícolas, vikingos y gente del siglo XIX y ninguno de ellos puede explicar como fue que llegaron ahí.
Cinco años después, y con casi 13,000 “refugiados temporales” anuales, los destellos azules ya son cosas de la vida común, la adaptación de los visitantes a la vida moderna muchas veces prueba ser difícil, y mientras que muchos ciudadanos están a favor de la “diversidad temporal” (me encanta como adaptan diversos temas a problemas de la sociedad actual, como cuando hay personas que encuentran ofensivo llamarlos “vikingos” y prefieren decirles “personas de ascendencia nórdica) aunque también existan aquellos que apoyan el movimiento antirrefugiados.
Para estos momentos, Lars ya se encuentra divorciado y adicto al Temproxat, un fármaco que se administra vía ocular y que se da a los desplazados temporales para tranquilizar la sobre carga sensorial, además de que el elegante vecindario donde compro su apartamento ya es un barrio de refugiados. Su exesposa ahora está casada con un habitante del siglo XIX llamado Gregers (Kyrre Haugen Sydness), y su hija Ingrid (Ylva Bjørkås Thedin) se encuentra dividida entre las decisiones contrarias que toman los dos, y por si fuera poco, tiene una nueva compañera, Alfhildr (Krista Kosonen), la primera vikinga en convertirse en oficial de policía, por lo que tendrán que aprender a trabajar juntos.
Las cosas comenzarán a complicarse cuando en la playa aparezca el cadáver de una mujer cavernícola con señas de estrangulamiento. La investigación los llevará a caminos cada vez más complicados, donde encontrarán desde posibles monstruos marinos, explotación y secuestros, un líder criminal cavernícola llamado Navn (Oddgeir Thune), gente anti-tecnología llamados “neo luditas”, así como una comunidad de gente “transtemporal” (gente de la época actual que no se identifican con la época y deciden vivir como y con algunos de los refugiados ¿suena familiar?).
Definitivamente HBO EUROPA se anota un 10 con lo que sin duda será una de las mejores series de este año, acoplando de manera muy acertada la historia y la mitología de la región, y combinándola con ciertos elementos sobrenaturales, así como cierta cantidad del drama que todos vivimos día a día, lo que logra una historia imaginativa, emotiva, un tanto divertida y bastante intrigante sobre mundos que colisionan y en el que las intrigas no faltan.
Les prometo que se van a quedar picadísimos hasta el final, y van a quedar hambrientos por una segunda temporada.
