
La vida de Hutch Mansell (Bob Odenkirk) es la más rutinaria y aburrida de todas: se despierta, toma café, olvida sacar la basura a tiempo, toma el camión, el metro, va a trabajar, regresa a casa, todos lo ignoran y va a dormir…así todos los días.
Una noche, un par de ladrones novatos entran a su casa, y aún habiendo podido vencerlos, decide no poner en riesgo a su familia dejándolos ir, lo que lo convierte en blanco de críticas de todo mundo. Obviamente esto no ayuda a mejorar su cansado matrimonio con Becca (Connie Nielsen), ni a recuperar el respeto de su hijo Blake (Gage Munroe); pero al enterarse que los ladrones no sólo se llevaron un poco de dinero junto con su orgullo, si no también el brazalete de gatitos de su hija Abby (Paisley Cadorath), el pasado de Hutch, uno que se había encargado durante mucho tiempo de suprimir, volverá a aflorar, y sólo queda decir, que, de ese momento en adelante, ningún malhechor estará a salvo.
La primera impresión que me dio el ver el trailer de “Nadie” (Nobody), es que Bob Odenkirk, a quien seguro todos relacionan con “Breaking Bad” y “Better Call Saul”, era una opción muy extraña para héroe de acción, pero es precisamente el parecer el tipo que menos te esperarías que fuese capaz de llevar a cabo acciones tan violentas lo que hace que ese casting sea una genialidad. Un hombre intentando vivir una vida común, de pasar desapercibido, cuando años atrás, era el tipo de persona que no querrías encontrar en tu casa.

Se nota que “Nadie” es obra del escritor de John Wick, pues maneja el mismo tipo de fórmula, aunque, a pesar de la violencia extrema, se va un poco por un lado más relajado, sin en algún momento convertirse en una cinta estilo “Deseo de Matar” o “Búsqueda Implacable”, donde un vigilante decide acabar con un grupo especifico. Aquí es un hombre peligroso, que al decidir retomar sus manejos violentos para corregir una injusticia ridícula, cometida en contra de su familia, inicia una “guerra”, sin querer, contra la mafia rusa de la ciudad, específicamente con el Yulian (Aleksey Serebryakov) uno de los hombres mas peligrosos de la ciudad.
Una genialidad de la cinta, de esas que nunca podrán faltar en las platicas sobre películas de acción en años venideros, es la coreografía desarrollada en la pelea del autobús que alcanzamos a ver en el trailer, y que, sin exagerar, es de esas que te provocan ganas de levantarte a aplaudir al terminar (pero no, no lo hagan). Una pieza inteligente de la cinta, que comienza como un evento aislado, y que de la nada empieza a escalar, justo para convertirse en uno de los catalizadores de la historia (junto al brazalete de gatitos), uno de esos momentos liberadores que sólo se logra a través del cine, y que todos los amantes de la acción nunca olvidarán.
Odenkirk nos regala un personaje auténtico, o mejor seria decir dos personajes, pues aquel que comienza siendo, en contra del que se convierte, son un par de fuerzas completamente opuestas, pero ambas, tienen este sabor creíble y realista que son esenciales para un rol como éste, en el que necesitamos identificarnos con el personaje, y no verlo como algo completamente ajeno. Terminas por sentirte con la necesidad de que las cosas le resulten bien.
Y si creen que Bob es la única genialidad de la película, esperen a ver el desarrollo del papel de Christopher Lloyd (si, el Profe Emmet Brown está en la película) como Hutch, es simplemente de los mejores.
No es ninguna sorpresa que una cinta del director de “Hardcore Henry”, Ilya Naishuller, nos regale una historia de acción y violencia alocada, súper estilizada, increíblemente coreografiada, con una gran banda sonora y que sí o sí necesita tener una secuela… además, pues la posibilidad de un crossover con Mr. Wick no es tan descabellada…
Un hombre puede soñar.
