Review de “La Última Estafa”

1970, el pináculo de la nueva era Hollywoodense. El nuevo sistema de los estudios trae una nueva cepa de directores y productores brillantes. Max Barber (Robert De Niro), quien definitivamente no es un de ellos, viene de su último gran fracaso de taquilla, una cinta sangrienta sobre monjas vengadoras, que no solo no ha vendido boletos, sino que también ha inspirado a protestas, lo que lo pone en una situación complicada con su principal inversor, Reggie Fontaine (Morgan Freeman), un gángster que ha hecho fortuna con el cine, y al que no le importan las excusas, el quiere su dinero de regreso. Y pues ¿qué más acción coherente puede tomar un productor en complicaciones, que planear un fraude que le genere mucho dinero, involucrando una nueva película, un viejo actor venido a menos y una póliza de seguros que cubra a dicho actor en caso de una “desafortunada muerte” durante las grabaciones…?

Ya en 1988 habíamos tenido a Robert De Niro junto al productor/escritor George Gallo, quien dirige esta película, en “Midnight Run”, desde la cual, hemos visto ya una buena cantidad de películas que hablan sobre el detrás de cámaras de Hollywood, desde su mística, hasta sus excesos, y “La Última Estafa” se convierte en una simpatica opción que se une a ellas.

Para el personaje de De Niro, que se encuentra en el predicamento del deber dinero a la mafia, la pura idea de tener que vender su guion favorito a su “eneamigo” (Emile Hirsch) para de ahí poder salir de su deuda mortal, es casi tan duro como si le pidieran ceder a su primogénito, lo que desencadena su alocado plan, mismo que, como es obvio, nunca saldrá bien, dando pie a una serie de situaciones bastante entretenidas. Pero admito, que ver películas como esta, donde aparecen De Niro, Freeman y Jones, me da la triste sensación de viejas glorias venidas a menos, que en ocasiones se ven forzadas a tomar este tipo de papeles ridículos y exagerados, por que sus opciones a mejores interpretaciones son cada vez menores, por que por talento, cuando tienen ganas de hacer grandes cosas, sabemos de lo que son capaces… vamos, nunca podría imaginarme a Anthony Hopkins teniendo que estelarizar algo así, y a veces siento feo ver a De Niro en estos papeles, y no por que sea comedia, no, todos sabemos que el sabe usar bien esa parte, es solamente, el tipo de comedias en las que aparece.

Tommy Lee Jones interpreta a Duke Montana, un viejo actor de películas western que se vio reducido a hacer comerciales para venta de autos usados y que pasa sus últimos días en una casa de asistencia a actores pensando diario en suicidarse, lo que lo hace la persona indicada para el plan de Max, en un papel que no exige realmente nada de sus tablas actorales. Y Morgan Freeman como Reggie Fontaine, realmente solo aparece, las pocas veces que lo hace, con sentimiento de “¿Cuándo pasa mi cheque para poder cobrarlo?”

Muchas platicas sobre la magia del cine, comedia “slapstick” (¿todavía nos da risa eso?) y lecciones sobre moral son lo que conforman en su mayoría esta cinta, pero algo le hace falta, probablemente unos toques de malicia y humor negro, lo que me hace pensar, en el tipo de joya que pudimos haber tenido si este guion hubiera caído en manos d ellos hermanos Coen, ahí si estaríamos hablando de una gran comedia negra que seguro seria recordada por años, en lugar de una simpática cinta que sirve para pasar el rato, de la cual probablemente no nos acordemos mañana…

P.D: Lo que si quiero ver, es la cinta de las monjas vengadoras… quedense a la escena post-creditos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *