
Admito que sí, tenía mucha emoción de ver la continuación de una de las películas que mas recuerdo de mi infancia… Michael Jordan era el rey de las canchas e indudablemente el mas grande deportista de su época, además de aún ser parte de una generación que podía ver las caricaturas sin pensar que todo era una afrenta a las sensibilidades de alguien, por lo que los Looney Tunes eran una buena fuente de risas, y verlos interactuar con en un entorno live-action (o bueno, al revés, Jordan en un entorno de caricatura) era algo que me emocionaba de super manera, y al día de hoy, “Space Jam” se mantiene como una de esas grandes cintas que veo siempre con mucho gusto. Así que vamos, obviamente Warner tenia que darle un gran tratamiento a la secuela de una cinta tan querida por tantos como esta ¿verdad?… ¿verdad?
En “Space Jam: Una Nueva Era”, LeBron James (que para empezar no sé cómo permitió que lo pintaran como un papá tan ojete y molesto, al menos al principio) tiene problemas para entenderse con su hijo mas chico, pues este es fan de diseñar videojuegos en lugar de ser un apasionado del básquet como él, por lo que se nota un claro distanciamiento entre ambos. Para intentar tener un momento juntos, LeBron lo invita a acompañarlo a los estudios de la Warner Brothers, donde le ofrecen un contrato para estelarizar una película, siendo lo diferente, que esta seria diseñada por un “algoritmo” del servidor de la productora, que ofrece “escanear” a LeBron, para insertarlo en cualquier cinta, idea que no le gusta a nuestro protagonista, pero que dicha tecnología emociona a su hijo, por lo que vuelven a discutir. El famoso algoritmo, se ha convertido en una inteligencia artificial consciente que se hace llamar a si misma “Al G Rythm” (pfff! se quebraron la cabeza con el nombre, interpretada por un desperdiciado y muy exagerado Don Cheadle) que al sentirse rechazada por LeBron, con quien pensaba serían la pareja perfecta para ese negocio, secuestra a padre e hijo dentro del “servidorverso”, un mundo digital, donde las reglar normales no aplica, para retarlo a un partido de básquet, donde si gana, los dejará ir, pero si pierde, se deberá quedar ahí, por siempre, para hacer colaboraciones en redes (y técnicamente ser su esclavo), por lo que tendrá que encontrar un equipo de grandes jugadores que o ayuden a ganar… pero como no consigue ni a Batman, Superman, El Gigante de Hierro o Trinity, se tiene que conformar con los alocados y muy distraídos amigos de Bugs Bunny, así que las cosas parecieran ser más difíciles que al principio.

¿Para quién esta pensada esta película? ¿Para la generación actual que dudo sea tan fan (o siquiera conozca) de los Looney Tunes como lo fue la mía y anteriores, pero que puede verlos ahora convertidos en personajes 3D? ¿Para los que éramos niños en los noventas y amamos tener conexiones nostálgicas con nuestra infancia para escapar, aunque sea por unas horas de nuestras responsabilidades adultas? ¿O es para los fans del basketball y de LeBron James? (quien además carece del enorme carisma que Jordan si tenía).
Digo, tengo claro que la original iba directo a una generación de niños que crecimos amando a los Looney Tunes, mismos que podíamos ver entre semana después de comer o los fines de semana en la mañana, antes de que el entretenimiento se fracturara y diversificara como le ha pasado ahora, combinados con la fuerza presencial de la super estrella de la época Michael Jordan (era inevitable, yo nunca fui fan de los Bulls, sin embargo, no podía dejar de sentir admiración por él y quedar boquiabierto cada que lo veía destrozar la cancha), que resultaba encantador verlo combinado con, en aquel entonces, animación aún hecha a mano, mismo que ahora y es un arte casi perdido, y probablemente tampoco hablamos de que teníamos ante nosotros una gran historia profunda que cambiara nuestra percepción ante la vida, pero era lo suficientemente entretenida para pasar un buen rato, tanto para los niños, como para los papás, quienes también tuvieron la oportunidad de crecer con estos personajes… ¡y aliens! los aliens nunca están de más. Pero como todas las cosas, la animación, desde la llegada de Pixar ha evolucionado, dejando atrás la animación bidimensional, por lo que lo de hoy, son las animaciones 3D llenas de impresionantes texturas.
¿Y se acuerdan que al principio les dije que al mismo LeBron le parece una muy mala idea que lo hagan aparecer en muchas películas que ya fueron famosas? ¡Pues precisamente ese es un pecado que Space Jam 2 comente una y otra… y otra vez! ¡Parece mas un roadshow de todas las cintas y franquicias en su haber! Y digo, una vez es chistoso… El Coyote y el Correcaminos junto a los War Boys en Mad Max… una segunda vez es simpático… Elmer Fudd como Mini-Me en Austin Powers… al tercera comienza a ser cansada, Yosemite Sam tocando el piano junto a Ingrid Bergman en Casablanca, y luego vienen la cuarta, la quinta y la sexta… y para cuando llegamos a La Abuelita haciendo la patada en Bullet Time de Matrix (hablaron los noventas, quieren su chiste de regreso), la cosa ya comienza a sentirse terriblemente exagerada… Desde las películas de Lego (también de Warner) no teníamos un ejercicio y un ejemplo tan cínico y descarado de cross-marketing que te haga querer salirte para poder irte a lavar los dientes por el mal sabor de boca… pero además no se detiene ahí.

¿Qué tanto le exigió el estudio al director Malcom D. Lee y al productor Ryan Coogler que atascaran la película con todas y cada una de las propiedades disponibles? Durante todo el partido (que por cierto ¡tarda más de una hora en empezar!) tenemos una cancha rodeada de personajes de Game Of Thrones, DC, Hanna Barbera, IT, Rick y Morty, King Kong, La Máscara… héroes, villanos, caricaturas, series viejas y nuevas, todas siempre de fondo, unas sobre otras, en un gigantesco anuncio… todos… ¡TODOS! Y no crean que soy hipócrita, amo con todo mi ser “Ready Player One”, pero ahí, el tratamiento de las apariciones es en un contexto completamente diferente, funcional y sensato dentro de la perspectiva de la historia, o “Wi-Fi Ralph”, en cuyo caso las apariciones no pasan de ser o meros cameos, o igual, intervenciones que enriquecen a la historia, no de fondo de pantalla permanente. “Space Jam “no pasa de ser una mera agenda de marketing dispuesta a satisfacer conformismos y rellenar una película carente historia ¿Tan desesperados están por mover sus productos? ¿Tanto necesitamos distraer la atención? Por que eso es lo único que logra.
Una vez que pasamos esto, llegamos al otro problema… en esta ocasión, como nos encontramos en un videojuego manejado por el patiñesco y algorítmico villano, el partido se convierte en una excusa, burla, para crear una secuela, al menos en la primera, el partido siempre se desarrollaba, con exageraciones propias de los personajes si, pero nunca perdía de vista de que se trataba, pero ahora, tenemos marcadores de mas de mil puntos por canastas que cuentan por cientos, anotaciones hechas con balones clonados, personajes que detienen el tiempo durante el enfrentamiento, la capacidad de girar la cancha para que las canastas cuenten para el otro equipo, así como el pésimo momento en que “Al G” decide que no va a dejarlos ganar, por lo que manejando todo, les quita puntos, no los deja encestar, y se da super poderes “Saiyajin” para convertirse en un jugador imparable… ¿Entonces para que se da la molestia de retarlos cuando pudo solo haber impuesto su voluntad desde el principio? ( si, ya se, es una aventura animada, pero tampoco tiene que ser algo que deje de tener sentido, pues termina volviéndose ridículo y excesivo.
Si, no lo negare, tiene dos tres chistes simpáticos, siempre es un gusto volver a ver a Bugs y su pandilla, pero terminan siendo arrolladoramente sobrepasados por la terrible sobrecarga visual y de marketing que Warner no pudo evitar mostrarnos para gritar como niño de primaria “¡Miren todo lo que tengo, es mío y no de ustedes! Innecesario.
