Review de «La Casa Gucci»

Después de mucho escuchar sobre la nueva cinta de Ridley Scott “La Casa Gucci” y tener las expectativas en alto (más aún después de la maravilla que fue “El Último Duelo”), este fin de semana finalmente llega a las salas de cine mexicanas esta producción plagada de grandes nombres, acerca de una de las marcas de moda más famosas de la historia La historia del gran imperio de la moda se llena de traiciones, puñaladas traperas, ambición y asesinato, todo en un hilo conductor y un guion balanceado de manera muy pobre.

Basada en el libro de Sara Gay Forden, “La Casa Gucci” es una narrativa llamativa y extravagante, que ve a Lady Gaga convertirse en Patrizia Reggiani, un personaje vulgarsón y ambicioso, a Jared Leto en un panzón, calvo y bastante inútil Paolo Gucci, y a un gran grupo de actores de renombre, que iremos comentado en un momento, hablar con un acento “italiano” muy al azar, que nos hace sentir que estamos en una audición para la nueva voz de Mario Bros. En los trailers lucía como algo entretenido, y al parecer, digno de verse, en ejecución, es un desastre… y para ponerlo en un ejemplo más “a la moda”, no define nunca de qué manera va a contar la historia, si es una sátira, una “tragedia griega” o un muy serio biopic, como si Gucci un día tomara una prenda distinta de sus diversas colecciones, cada una de un color diferente, y las quisiera hacer pasar por la colección de ese año. La estructura del asunto es totalmente fallida, uno de los riesgos de apostar a que lo “kitsch” puede impresionar por el simple hecho de serlo.

Muy probablemente comprobándonos que su gran participación en “A Star Is Born” haya sido por que el personaje ajustaba mas a su personalidad que a sus capacidades histriónicas, una muy desbalanceada Lady Gaga se convierte en esta mujer, que a base de una implacable búsqueda de riqueza y poder, comienza la caída de esta casa de moda desde el primer momento en que pone los ojos (y el interés) en Maurizio Gucci (Adam Driver), uno de los herederos del famoso apellido, logrando casarse con él. Patrizia es rechazada y avergonzada por el padre de Maurizio, Rodolfo Gucci (Jeremy Irons) debido a su falta de cultura y refinamiento, lo que la hace buscar un aliado en el tío Aldo (Al Pacino), quien insiste que la calidad y clase de la marca no deberían estar peleadas con la capacidad de comercialización, para acercarla al público, a diferencia de Rodolfo, quien pretende mantener sus piezas casi como artículos exclusivos para exhibición de museos, decisión que los tiene en una debacle financiera.

 ara complicar todo un poco más, también tenemos al hijo de Aldo, Paolo (Jared Leto), quien de alguna manera tiene al personaje mas caricaturesco de la historia, y quien mas le da el status de sátira a la cinta, un bueno para nada quien se siente el mas grande de los diseñadores de moda, aunque en verdad no tiene una pizca de buen gusto o talento, y que es tratado por toda la familia como un estorbo (siendo un problema para todos que finalmente tiene parte de las acciones de la marca). Entre todos estos personajes, y a lo largo de treinta años, comienza a formarse una muy mala sangre, todo originado por la presión que Patrizia pone sobre Maurizio para que abandone la escuela de leyes para meterse de lleno en el negocio familiar, y en el que, además, ella también comenzará a tomar decisiones minimizando las reacciones de su marido, cosa que le da mucho poder durante varios años. La ambición de Patrizia se incrementa tras conocer a Pina (Salma Hayek) una psíquica, quien al ver todo lo que puede sacar de esta amistad, comienza a convencerla de que debe tomar las riendas del negocio, a través de “visiones del futuro” (y no hay nada mejor que mi Salmita intentando hablar como italiana con su acentazo veracruzano).

Tal como lo decía, muchos son los problemas, mas que las bondades, que aquejan a “La Casa Gucci”, siendo el primero, el director Ridley Scott, al que quiero que me cuente grandes historias épicas como a las que nos tiene acostumbrados, y no contándome un chisme con mucho estilo, cosa que al parecer sale completamente de sus capacidades (además de hacerlo en un tortuoso tiempo de dos horas y media). Nunca supieron los actores, con grandes actuaciones cada uno eso sí, en qué tipo de película estaban, por que Driver esta increíble, pero es de manierismos mesurados y controlados, mientras que Salma y Jared están en la versión cómica de la historia, misma a la que Gaga por momentos parece unirse. El tono inconsistente del guion es terrible, como si en vez de contarnos la historia desde el punto de vista de un libro que la describiera con el estilo y porte necesario, hubieran sacado toda la historia de periódicos amarillistas, aderezado con comentarios de “Ventaneando” (¿aún existe eso?) o algún programa así. Definitivamente cuestionaría próximas participaciones a la hora de escribir un guion de Becky Johnston y Roberto Bentivegna, quienes logran mas risas involuntarias que interés por una historia sin pies ni cabeza. La parte interesante y dignificada se ve muy manchada y diluida.

¿La nota fuerte de la cinta? El gran trabajo de diseño. Los trajes Gucci, los paisajes europeos donde se mueven los personajes, son un gran atractivo, por lo que aquí pondré al diseñador de vestuario, Janty Yates, como el MVP de toda la producción. Todos lucen impecables gracias a él, el problema es, que no pudiera decir que eso hace grande a la película, que termina siendo como comprar el último modelo de bolsa Gucci en un mercado sobre ruedas a 100 pesos.

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